Le Temple Bleu

• Paz divina
• Un nuevo comienzo

El mantra, el aliento del Templo Azul:

“Soy la Paz, la Luz y la Unidad descendiendo, soy el Principio, soy el comienzo de todas las cosas, soy el Uno, soy el susurro de Dios”.

 

El Templo Azul puede ayudar a establecer un vínculo íntimo con lo divino:

 

• Es una reunión sagrada con nuestra Esencia Divina.
• Conduce al reconocimiento y renacimiento de nuestra naturaleza divina, libre de recuerdos, cargas y condicionamientos.
• Invita al retorno de nuestro ser absoluto al primer plano de nuestro ser.
• Despierta nuestra conexión con esta Esencia Divina y, a través de esta conexión, nos permite acceder a todo nuestro potencial, facilitando nuestro retorno a la expresión más libre y pura de nuestro verdadero ser.

El templo azul favorecerá la comunicación con nuestro interior a nivel emocional, mental y espiritual.

Activará la comunicación en todos los niveles del Ser.

Despierta nuestro potencial curativo mediante las palabras, la respiración, la voz o el tacto.

Activa nuestra Conexión con nuestra Presencia Divina.

 

A nivel espiritual:

 

• Abre un espacio sagrado en nuestro interior.
• Nos permite vaciarnos, experimentar la calma absoluta, y es en este estado de calma, de vacío, en este estado en el que las emociones ya no tienen acceso, ya no están ahí, cuando se abren las puertas del Reino de Dios.
• Aporta un estado de paz infinita, gracia, fluidez, ligereza, unidad y conexión con el Todo Mayor, con lo divino.

Nos abre a la divinidad que hay en nosotros.

Cuando el acceso a lo divino ha sido cortado (o bloqueado por recuerdos kármicos de persecución, por ejemplo), el Templo Azul acelerará y facilitará el proceso de reconexión, reparación, transformación y transmutación.

Él es el camino de vuelta, la puerta.

Su curación actúa devolviéndonos a nuestra esencia original, donde ya está todo, según el plan divino de perfección.

Para algunos, el manto azul de María caerá suavemente sobre sus hombros, invitándoles a la gracia y a la revelación del amor infinito de la Madre Divina.

Al permitir la conexión con lo divino interior, el Templo Azul reaviva el vínculo primordial de amor con la vida, restaurando una mayor sensación de seguridad interior y reparando las dificultades de la encarnación.

Aliviará las dificultades y ansiedades de los nuevos niños (índigo, cristal o arco iris…HPI, etc.) y les permitirá redescubrir la sensación y la posibilidad de sentirse “en casa” en la Tierra, a pesar de la dualidad tridimensional.

Es la puerta a la Unidad.

Mentalmente:

• Nos permite actuar desde un lugar de paz en nuestro interior, en lugar de reaccionar ante él. Silencia los conflictos del ego.
• Aclara la mente, limpiándola de contaminación mental.
• Aumenta la autoestima y la fe en la guía divina.
• Suaviza los patrones mentales obsoletos, desata los nudos y bloqueos informativos y restablece una mayor fluidez.

La mente vuelve al lugar que le corresponde, al servicio de la conciencia superior.

A nivel emocional:

 

• Viene a deshacer bloqueos, a desatar nudos emocionales, tensiones muy antiguas, que volverán a despertar con ella para ser sanadas.
• Proporciona alivio emocional.

Restaura la confianza y purifica las aguas de nuestro cuerpo emocional.

Físicamente:

 

Más allá del cuerpo emocional, purifica las aguas de nuestro interior, las aguas del cuerpo, los fluidos, recordándonos de dónde venimos.

• Actúa sobre los miedos reordenando la geometría sagrada de las aguas del cuerpo, purificándolas tanto en términos de fluidez como de movimiento.
• Calma el sistema nervioso.
• Actúa sobre el ADN: repara, regenera y participa en la evolución y transmutación de nuestro ADN y, al hacerlo, en la libre expresión de todo nuestro potencial, restableciendo simultáneamente el flujo de comunicación dentro del Ser.

Devuelve el flujo del Amor Divino a la parte infinitamente más pequeña de nuestro ser.

El Templo Azul viene a despertar nuestro ADN divino, nuestra huella divina, y a devolvernos a nuestro estado ORIGINAL en todos los planos del ser.